BIOGRAFIA .: Germán Valdés Tin Tan :.
Tin Tan Familia Carrera Servicios Secciónes Créditos
¿Quien es?
Su Biografia

Biografía de un
Hijo Desobediente

DATOS GENERALES

 

Germán Valdés

 

Nombre Completo
Germán Genaro Cipriano Gómez-Valdés Castillo

 

Nace:
El 19 de septiembre de 1915 en la Ciudad de México.

 

Muere:
El 29 de junio de 1973 en la ciudad de México.

 

Padres:
Rafaél Gómez Valdés Angelini y Guadalupe Castillo de Gómez Valdés.

 

Hermanos:
Rafael, Guadalupe, Pedro, Armando, Ramón, Cristóbal, Antonio y Manuel.

 

Esposas:
Magdalena Martínez
Micaela Vargas y
Rosalía Julián.

 

Hijos:
Francisco Germán, Olga, Javier, Genaro, Carlos y Rosalía.

 

Debut Profesional en México:
El 5 de noviembre de 1943 en el teatro Esperanza Iris.

 

     En medio de sacudidas políticas y criminales, y justo 70 años antes de aquel terrible sismo que azotó a la ciudad de México alrededor de las 7:19 horas, otro terremoto sacudió la vivienda de don Rafael Gómez Valdés y doña Guadalupe Castillo, ubicada en una vecindad de la calzada de Tlacopan -hoy Avenida Hidalgo- y donde actualmente se encuentra el afamado Hotel de Cortés. Germán Genaro Cipriano Gómez Valdés Castillo nació en pleno centro de la ciudad de México el 19 de septiembre de 1915, aunque algunas personas aseguran que vio por vez primera el cielo de México en el puerto de Progreso, Yucatán.

     Fue el segundo de nueve hermanos: el mayor Rafael. Después vendría Guadalupe, Pedro, Armando, Ramón, Cristóbal, Antonio y, finalmente, Manuel, nacido en Ciudad Juarez.

     La verdad es que La Chiva, el Pachuco Topillo o Topillo Tapas -como se le conoció antes de adoptar el sobrenombre de Tin Tan- vivió su infancia en la capital del país donde cursó la educación primaria en la escuela "Justo Sierra". Luego vino una breve estancia en Veracruz y, finalmente, a los 12 años, se trasladó a Ciudad Juárez, Chihuahua, en virtud de que su padre era agente aduanal.

     Fue un chiquillo tremendo, habil para las travesuras y las bromas que les jugaba constantemente a sus hermanos menores. A toño, "El Ratón", una vez lo colgó por sus tirantes. Era común ver a su abuelita correteandolo -escoba en mano- por todo el amplio patio de la vecindad que ocupaban.

     Quiso mucho a sus hermanos y con todos se llevaba bien; incluso con Lupita, la única mujer, a quien le enseñó el arte del trompo, el balero y las tamaladas de burro.

     En 1927 dejó Veracrúz y, junto con su familia, llegó a Ciudad Juárez que era - y sigue siendo- la aduana de mayor movimiento en el país. Por supuesto, a Germán -entonces un chaval de tan sólo 12 años de edad- la inestable situación política del país le valía sorbete. Su atención estaba puesta en esa enorme cantidad de "gringas" de hermosos y esbeltos cuerpos que cruzaban diariamente de El Paso, Texas, rumbo a Juárez.

     Maduró rápido en un ambiente relativamente liberal que, a su vez, tenía puesta la mirada en el "otro Laredo" -como conocían a Estados Unidos-. En tanto intentó atender a duras penas la escuela secundaria entre las historietas de Mamerto y sus conocencias y su pasió por el beisbol.

     Fue muy inquieto en su adolescencia, y con tal de ganarse unos 'fierros' -tanto para ayudar en casa como para pagarse sus gastos personales- fue ayudante de sastre, guía de turistas y trabajó en la Compañía de Luz. Ahí aprendió a poner 'diablitos', como ocurre en una de las secuencias más divertidas de El Revoltoso (1951). Más tarde ingresó a la radiodifusora XEJ -allá en el norte-, pegando etiquetas de discos. Era tan ocurrente que una vez se consiguió un perro callejero al que enseñó a sacar la lengua para humedecer las etiquetas...
Al menos eso dicen de Tin Tan.

     Por aquella época vivió una etapa de insurrección y de hijo desobediente. Solía reunirse con los llamados "tirilones de la Coyotera"; es decir, con los pachucos de Ciudad Juárez, jóvenes violentos y rebeldes. Por fortuna, la radio se convirtió pronto en universo intrigante y seductor para el joven y le ayudó a proyectar una vida imaginaria dedicada de lleno al show business, como él solía llamarle. Si algo aprendió en esa zona fronteriza fue a manipular el idioma inglés y mezclarlo con el español de manera imaginativa.

     Así, por un micrófono que se descompuso, tuvo su primera oportunidad imitando al gran Agustín Lara "El flaco de oro": "Un día bendito se estropeó el micrófono, lo arreglaron y el señor Menesses ordenó que se probara. A mí me pasaron la orden. Entonces empezé a cantar imitando a Agustin Lara; el señor Menesses creyó que se trataba de un disco del gran jarocho. Y nada, que era yo haciendo mis payasadas."

     Pronto se transformó en improvisado y exitoso locutor apodado Topillo Tapas. Fue tal su estrellota que se convirtió en titular de su propio programa: El barco de la ilusión. Con veintitantos años encima, Germán Valdés se había instalado definitivamente como brillante cómico de la radio de Ciudad Juárez. Sin embargo, su espíritu inquieto y lúdico le llevaba por diversos rumbos.

     A fines de los años 30, enamoradizo como él solo, ya había contraído matrimonio con la joven estadounidense Magdalena Martínez, con quien Tin tan se enfrentó a otra proeza personal: tenr a su primogénito, a quién la pareja puso por nombre Francisco Germán Valdés.

     El teatro-estudio e la XEJ había ganado gran popularidad. Ahí se presentaban, además, algunas compañías teatrales; entre ellas, la formada por el empresario Jorge Maulmer y su medio hermano, el célebre ventrílocuo Paco Miller, inseparable de su muñeco "Don Roque", de cuya ironía nadie podía escapar.

     Un compañero de Germán de la radiodifusora, de apellido Luján, sugirió a Miller y a Maulmer asistir al teatro-estudio donde se grabaría en vivo El barco de la ilusión, a fin de observar al comediante quien se pintaba solo para los chistes. El ventrílocuo le propuso unirse a la caravana, y éste aceptó gustoso. Sólo pidió un "patiño" y que, a su vez, él fuera anunciado como El Pachuco Topillo; es decir, el que hace trampas y relajos, una expresión tomada de sus escapadas al otro lado de la frontera.

     Ahí conoció a quien se convertiría en su mero carnal del alma: Marcelo Chávez. Con él formó una pareja que enloqueció a públicos masivos, cantando, bailando swing o interpretando chistes de todos los tonos y sabores.

- El Principio del Fin -
     A mediados de 1973 descansaba en Acapulco, acompañado de su última esposa Rosalía Julián. Había comido un rico pozole e incluso se dió buenos chapuzones en el mar, pero empezó a sentirse raro.
     Un médico le diagnosticó flebitis, por lo que regresó de inmediato a la ciudad de México. El 5 de junio ingresó al cuarto 409 de la Clínica de la ANDA, donde permanecería tres semanas en recuperación.

     El 27 de ese mismo mes se sentía bien aparentemente. Comió con buen ánimo un insípido consomé, y recibió la visita de su peluquero para que lo rasurara; de hecho, pidió que lo llevaran a Zihuatanejo. No obstante, debido a lo avanzado de su enfermedad, se le negó la salida.

     Un día después (28 de junio) se le nubló la vista, y por la noche le dijo a su mujer: "Rosita, ¿dónde estas? Estas muy linda". A la mañana siguiente Rosalía se despertó temprano; no había podido conciliar el sueño, algo le oprimía el pecho. Eran cerca de las cinco de la mañana y Germán dormía placidamente. El soñaba con sus hijos; veía a todos en su niñez: sus primeros pasos y palabras. Regresó entre ensoñaciones al Iris y a una primitiva cabina de radio allá en Ciudad Juárez.

     Ahí estaban las muejres de su vida -las reales y las ficticias-, radiantes y hermosas. Observó desde las alturas su vieja casa de la infancia en la calzada Tlacopan y la bahía de Acapulco. También vió marquesinas brillando con su nombre, el público riendo en las butacas y filas interminables afuera de los cines.

Todo eso en segundos, justo a las 8:50 horas de esa fría y gris mañana del 29 de junio, hora y día en que se nos fue Tin Tan.

     Gente del pueblo -mujeres, hombres, jovenes y chamacos- acompañaron la carroza que transportó los restos mortales del gran actor de la colonia San Rafael al Panteón Jardín. El cortejo fúnebre partió de la agencia funeraria Gayosso a las 11:15. Estaba toda su familia: Rosalía Julián, sus hijos, los hermanos y madre del genial pachucho, más una pleyade de estrellas de un firmamento que no brillaría sin su estela. Arturo "Bigotón" Castro pronunció unas palabras de despedida ante esa multitud. Manuel, junto con sus hermanos Antonio y Ramón ayudó a cargar el féretro.

     Ahí mismo fue colocado un gran retrato del pachuco que se pobló de flores y coronas. El parte médico especificó las causas: "coma hepático, carcinoma de páncreas con metástasis al hígado y cirrosis hepática".

     Un cáncer avanzado y un paro cardiaco lo fulminaron. Su familia recibió condolencias del país entero, de ciudades de Estados Unidos y países de Centro y Sudamérica.

México, D.F. © René Blas, México-2003